QUERIDO CEO:

En tu día a día te enfrentas a situaciones difíciles que ponen a prueba tu capacidad de autocontrol; situaciones de estrés, tensión, falta de tiempo, al límite, problemas de personal, falta de cumplimiento de los objetivos… Para ejercer tu máxima responsabilidad, liderar la organización y tomar las decisiones adecuadas en su gestión diaria, es necesario que asumas primero el control de tu propio estado mental, ya que tu estado de ánimo influye poderosamente sobre tu pensamiento, tu memoria y tu percepción. Si actúas impulsivamente no eres dueño de tus emociones.

Daniel Goleman, en su libro La práctica de la inteligencia emocional, hace referencia al autocontrol como «mantener bajo control las emociones e impulsos conflictivos». Las personas que están dotadas de esta competencia gobiernan adecuadamente sus sentimientos impulsivos y sus emociones conflictivas, permanecen equilibradas, positivas e imperturbables aún en los momentos más críticos y piensan con claridad y permanecen concentradas a pesar de las presiones. Los signos que la caracterizan son, por ejemplo, no dejarse arrastrar por el estrés o ser capaz de relacionarse con una persona enfadada sin enojarse. Todas estas ventajas son esenciales para un CEO, ya que, entre otras cosas, se materializan en mejores decisiones y mejores relaciones con los demás. Esta capacidad también se muestra en la forma en que distribuyes tu tiempo. Atenerte a un programa diario te exige una buena dosis de autocontrol. La buena noticia es que puedes entrenarte para alcanzar un buen equilibrio emocional que te permita sostener las riendas de tus emociones en lugar de reaccionar y perderlas, mejorando tu liderazgo y tu relación con los demás. Existen cursos específicos para desarrollarla o el Mindfulness, por ejemplo, una práctica que se está empleando mucho actualmente, y las investigaciones demuestran que ayuda a mejorar el autocontrol y la gestión emocional, especialmente en situaciones de estrés. Así pues, el hecho de saber superar la tiranía de los estados de ánimo resulta esencial para llevar a cabo un trabajo productivo y afrontarlo con serenidad y eficacia, por lo que te animo a superarte en esta competencia, querido CEO. Recuerda siempre lo que decía Aristóteles: «La persona más poderosa es aquella que es dueña absoluta de sí misma».

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