QUERIDO CEO:

Graham Bell, escribió lo siguiente: «Cuando una puerta se cierra, otra se abre; pero muchas veces miramos por tanto tiempo y con tanto pesar a la puerta cerrada, que no vemos la puerta que se nos ha abierto». La negatividad estrecha nuestra atención a un rango muy limitado: aquello que nos perturba que, en este caso, lo simboliza una puerta cerrada. Necesitamos del foco negativo para sobrevivir, pero si la atención se circunscribe demasiado tiempo en la negatividad, en el error, en un fracaso… es más probable que se nos escapen las oportunidades. Para esforzarnos necesitamos una visión positiva.

Lo cierto es que contemplar las cosas con una actitud positiva cambia nuestra percepción. Cuando encuentras momentos difíciles, la clave está en aceptar los hechos que son irremediables sin ningún tipo de frustración o disgusto inmenso o reacciones emotivas descontroladas delante de tu equipo. Al contrario, la serenidad, el autocontrol y la visión positiva de las cosas son las mejores armas para resolver con éxito los desafíos a los que se enfrenta la empresa. Una mentalidad pesimista construye un clima negativo donde es difícil que crezcan nuevos horizontes. Esto es especialmente importante en el ámbito del trabajo en equipo. Desde la positividad es más sencillo infundir motivación y confianza para que se centre en los objetivos y no en los obstáculos. Las personas trabajan mejor cuanto mejor se sienten. Además, si miras hacia el futuro con optimismo, seguramente descubrirás muchas oportunidades que se abren ante ti.

Me despido deseándote unas felices vacaciones, apreciado CEO y que cada dificultad a la que te enfrentes se convierta en un trampolín hacia el éxito.Recuerda la influencia que ejerces en tu equipo y la organización que lideras. Al hilo de lo que te decía al inicio de esta carta, también el escritor Miguel de Cervantes se le atribuye un mensaje similar: «Cuando una puerta se cierra, otra suele abrir la fortuna».

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