QUERIDO CEO:

Pensar diferente, pensar distinto, diferenciarte es clave en el mundo empresarial actual. Las empresas que se posicionan en una situación de superioridad, con respecto a otras del mismo sector, ejercen un liderazgo donde la innovación es un punto clave. Todas las que han triunfado durante los últimos años tienen en común el afán de aplicar ideas novedosas para adaptarse a los cambios. Centrarte en el mundo interno de la organización puede hacerla funcionar muy bien, pero si no te adaptas al mundo externo, ese funcionamiento puede acabar sirviendo a una estrategia perdedora.

En este sentido, es interesante diferenciar explotación de exploración. Algunas empresas tienen éxito al aplicar una estrategia de explotación, que se basa en la mejora de una determinada tecnología, capacidad o modelo empresarial. La exploración, sin embargo, busca su camino al éxito probando alternativas innovadoras a las que emplean en la actualidad. Son dos funciones ejecutivas de la mente que gestionan la atención de una manera diferente y necesitan un estado mental diferente para operar. La explotación necesita de tu concentración para hacer mejor aquello que estás haciendo y se asocia a la eficiencia y, por lo tanto, a la productividad. Sin embargo, la exploración te permite alejarte de tu realidad actual, para descubrir nuevos horizontes y es lo que origina la innovación.

Como dice Goleman, quienes mejores decisiones toman son ambidiestros, y saben perfectamente cuando deben pasar de una modalidad a otra. Pueden dirigir, por ejemplo, organizaciones alentando el crecimiento mediante la innovación y la contención de costes, dos estrategias muy distintas. Pero oscilar entre ambas estrategias no es sencillo. La explotación resulta bastante cómoda y es fácil permanecer en ella. Explorar requiere mayor esfuerzo e intención. No se trata de elegir entre flexibilidad o eficiencia, sino de que encuentres el equilibrio adecuado entre ambas. Explorar implica adentrarte en un territorio nuevo y pasa porque te desconectes de las rutinas conocidas y la inercia de los hábitos: No puedes buscar resultados distintos haciendo siempre lo mismo, apreciado CEO.

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