Querido CEO,

Todo parece indicar que salimos del agujero. La recuperación está aquí y con bases para quedarse, si bien, como señalaba hace unos días Ana Patricia Botín, sobre la misma existe un riesgo que es más político que económico.

Amigo, voy a abusar de tu optimismo: te pido que des por hecho que nuestros queridos gobernantes, presentes y futuros, no se ocuparán de amargarnos la fiesta y que esto de la crisis pasa definitivamente a la historia. Sé que es difícil de imaginar pero haz el esfuerzo.

el mundo ha cambiado

Puesto en la tesitura de varios años próximos de bonanza, te hago dos preguntas, amigo, ¿en qué ha cambiado el mundo?, y, ¿en qué has cambiado tú?. De sus respuestas y de la relación entre las mismas dependerá que no te cuelguen el “ex” delante y que yo siga teniendo la oportunidad de enviarte estas misivas. Por ello, antes de que me respondas, humildemente, te doy unas claves.

Respecto a la primera pregunta, aunque estabas ocupado en esto de la crisis y no te has enterado, te aviso que el mundo ha cambiado vertiginosamente, más en los últimos siete años que en los 40 anteriores. Como señala Juan Martínez-Barea en su (imprescindible) libro “El mundo que viene” , los cambios turbulentos se derivan de la hiperconectividad, la aceleración tecnológica y la globalización absoluta, derivada de 4500 millones de ciudadanos que se nos han unido. A ello le unimos un consumidor más informado que nunca y que, golpeado por la crisis, sólo entrega su dinero a cambio de recibir un valor sublime. Ese es el escenario que nos afecta a todos. No, no te escapas.

Respecto a la segunda pregunta, espero que tu respuesta sea que has cambiando radicalmente, al menos, en la misma medida que el entorno que te rodea y que rodea a tu empresa y a las personas que la integran.

Si tu manera de concebir la empresa es diametralmente opuesta a hace unos años, vas bien. Si consideras que el conocimiento y la información son los recursos clave de esta época, por encima de los financieros o materiales, vas bien. Si entiendes que el acceso a ese conocimiento es a través del talento y apuestas por el mismo con toda la pasión y determinación, vas bien. Si te focalizas en crear valor a clientes y a empleados, al menos con la misma energía que siempre has empleado en crear valor a tus finanzas, vas bien.

Querido, como decía mi amigo Mario: o cambias o te cambian.

Hoy ni eso: o cambias o desapareces.

Enlace al artículo